lunes, 12 de abril de 2010

El deseo de Peregrinar.

Meterse en un fregao como este no es una idea que surge en un momento, y le metes mano sin más. Es algo más complicado. No te levantas un dia diciendo voy a hacer algo "guay", me voy de mi casa durante un mes dejando plantado todo y a todos, porque yo quiero.
El deseo de peregrinar creo que se va metiendo dentro del alma a base de escuchar experiencias, noticias, comentarios, ver imagenes, incluso visitar el destino de la peregrinación, como comentaré más adelante.
¿Cuando nació en mí este deseo? Creo que está presente en mi vida hace muchos años, y siempre ha sido como un ideal que creía que nunca podría cumplir, algo por lo que envidiaba a aquellos que habían sido capaces de hacerlo, y que , para mí, quedaba ahí en el deseo para siempre. A lo mejor cuando me jubilara, pero pensando en esto como algo irreal, como aquello de comprarme una caravana cuando me jubilara y dedicarme a viajar.
De pronto, es un decir, me encuentro en una circunstacia de mi vida no prevista, en que tengo que cerrar mi negocio, quedándome parado, pero gracias al alquiler de mi local tengo unos ingresos asegurados. Las circunstacias del mercado de trabajo me hacen pensar que , con más de cincuenta años, sin cualificación laboral ninguna, puesto que he sido pequeño comerciante toda mi vida, y no había necesitado ninguna titulación; en medio de una crisis económica con cuatro millones de parados, no tengo posibilidades reales de encontrar próximamente un trabajo. El volver a montar otro negocio, después de la experiencia vivida, no me atrae, no tengo dinero, ni el momento parece propicio para ello.
Pues bien, parado estoy. A esto unimos que mi familia esta en un momento que no plantearía un gran problema mi ausencia, puesto que mi mujer se desenvuelve bien sola, y los niños están en una edad en la que no necesitan mi presencia permanente; ya no tenemos que "cambiarles los pañales".
Un dia cualquiera, en cualquier conversación, tampoco recuerdo la circunstancia concreta, mi mujer dice que no le importaría que yo me fuera a hacer el camino ahora, a partir de ahí se desata el deseo contenido durante años, y poco a poco va cobrando forma, y concretándose en cosas reales, no entelequias.
Hacer el Camino de Santiago, ¿y cómo? En bici, por supuesto, andar no me gusta mucho, prefiero las dos ruedas. ¿Desde dónde? Hay una coincidencia en muchos peregrinos que dicen que el camino empieza en la puerta de tu casa. ¿Cuando? En primavera, que el tiempo es más suave, y estaba a tres meses vista, lo que me permite prepararlo si no a fondo al menos sí de alguna forma.
Hay una circunstancia decisiva, vital a la que todavía no he hecho referencia, pero no puedo pasar por alto. Soy creyente, camino en una comunidad neocatecumenal y la peregrinación la entiendo como un tiempo de silencio, de desierto, tiempo favorable para que Dios me hable en la soledad, en la necesidad, en la pobreza de no tener todo al alcance y comodo y cercano. Se nos dice que Dios hace tiempos de silencio, en los que nos parece que no nos habla, que su palabra no nos dice nada, en que nos vemos un poco perdidos. No es así. Dios habla cada día en la historia, somos nosotros los quie cerramos el oído, nos acomodamos en el sofá, y perdemos el deseo que que nuestra vida cambie. "Que me dejen como estoy", yo ya estoy convertido, ya tengo mi vida bien organizada, mis misas, mis oraciones, mis celebraciones, mi mujer, mis niños.....que no me incomoden. Lejos de mí esta actitud. En mi alma hay un deseo de encuentro más profundo con el Creador, un deseo de intimidad con Dios.De aquí parte todo. Esta es la raíz de esta peregrinación.
Pues bien, con estas premisas, en enero me pomgo a prepararme, empiezo a salir en bicicleta para acostumbrarme a hacer kilómetros, empiezo a recoger información sobre el camino, a buscar las cosas necesarias, empezando por la bici, que me la regala mi mujer. Y me planteo como hacer el camino. La primera premisa, y lo que me preguntan todos, es ¿solo? Pues en principio solo, primero por lo que he dicho anteriormente, poruqe quiero ir rezando, escrutando y disfrutando de lo que Dios me ponga por delante. He leido mucho acerca de peregrinos que han hecho el camino, y hay mucho aventurero, mucho querer conocer gente, tener experiencias nuevas, encontrarse con amigos nuevos. No es eso, todo eso está bien, pero es accesorio. El centro de mi peregrinación es el encuentro por antonomasia, el encuentro con Dios y para eso creo que es necesario el silencio y la soledad.
La siguiente pregunta es ¿y no te da miedo ir solo? Claro que me da miedo, hombre más que miedo un respeto considerable, pero no un miedo que me haga desistir. De todas formas en los tiempos que estamos, con telefono movil, y todos los cachivaches que tenemos a disposición, no es la misma soledad que pudiera tener un peregrino del siglo pasado o de tiempos aneriores. Puedo tener un accidente, un desfallecimiento, tantas cosas que pueden pasar. Claro, no soy un inconsciente, pero todo esto se ve superado por esta llamada a la peregrinación, porque esto es una llamada, esto se te mete en la cabeza y no piensas en otra cosa.
Decía antes, al principio, que el visitar el destino, concretamente Santiago de Compostela, de excursión, ver a los peregrinos y suponer lo que han pasado para llegar allí, te mete el gusanillo en el cuerpo. La primera vez que estuve en Santiago, un viaje inolvidable, que Dios bendijo, hace unos quince años; fuimos en la furgoneta con cuatro niños, mi mujer, mi suegra, las tiendas de campaña, el maletero hasta arriba y los niños saltando encima de los bultos y preguntando desde Sanlúcar, como los de los anuncios: ¿falta mucho? Este viaje, no voy a contarlo ahora, lo recordamos como el mejor que hemos hecho.
Hace cuatro o cinco años, volvimos allí en una peregrinación, con nuestros catequistas, en autobús. Sólo hicimos andando los últimos kilómetros, desde el Monte del Gozo. Tal como la otra vez, sentí envidia de los peregrinos que llegaban, y esta vez sentí algo especial. Sentí que no quería volver a Santiago si no era como peregrino. Allí comenzó esta peregrinación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario