viernes, 30 de abril de 2010

De la gente

Ya os advertí el otro día que quería hablar de la gente. Pues voy a ello.
Cuando uno empieza a hablar en serio de una cosa qwue se sale de lo normal como es esto de hacer el camino es curioso ver cómo reacciona la gente que hay a tu alrededor.
Vamos a organizarlo en circulos concéntricos. Empiezo por los más cercanos que son mi familia. En ella el deseo de hacer el camino ha sido recibido como algo natural, supongo que , naturalmente, porque es una idea que circulaba hace tiempo por mi cabeza y quiera que no, todos lo han recibido con naturalidad, y además a meses vista con lo que esto supone de aclimatación, de hacerse a la idea. ünicamente, mi madre sigue reacia a la idea, pero es natural con más de ochenta años, enferma y siendo yo su niño todavía.
Ampliamos el cículo a mi comunidad. Algunos lo han recibido con escepticismo, otros con indiferencia, con envida (sana) y alguno con entusiasmo. Y aquí me he encontrado con la primera persona que quiero nombrar hoy. Mi hermano Paco, el Mago (Hermano de comunidad, no os confundáis los que no estáis en el ajo).El me ha ayudado desde el principio en los entrnamientos, enseñándome los caminos, algunas técnicas, introduciéndome en el ambiente ciclista del pueblo, saliendo conmigo en la bici,etc. Ha resultado una gran ayuda para mí. Aunque no es necesario, conste mi agradecimiento.
Anpliando un poco más el círculo, algunas personas a las que no nombro por discreción, sinceramente se han preocupado por mi idea de hacer el camino solo, se han preocupado pensando que es un riesgo, que es cierto, pero que yo asumo desde el principio. Y alguno me ha hablado muy seriamnete intentando disuadirme de la idea. No porque no compartan la idea de la peregrinación, sino por el hecho de hacerlo en solitario.
Tengo que nombrar aquí, no sería justo omitirlo a la buena gente del Capitán Pedales, club ciclista chipionero, que me han acogido con cariño, amabilidad, a pesar de que yo (papel de lija) no soy muy amable. Mi agradecimiento expreso a Ignacio, a Juan y los demás, que por acompañarme dejaron su ritmo, su grupo y sus planes el dia que estuve con ellos.
Hay otro círculo de gente, del que no puedo más que suponer que simplente ignora, le es indiferente, o incluso quizá desprecie le peregrinación. Por ellos también dejaré alguna oración por el camino.

martes, 27 de abril de 2010

Mi párroco y la carta de presentación.

Ya se ve más cerca el momento de la partida, se van solucionando los problemillas que me han retrasado y parece que se precipitan los acontecimientos empujándome a salir ya.
Hoy, se ha colado mi párroco en casa a dejarme la carta de presentación que le había pedido para solicitar la credencial de peregrino.( En la solicitud de esta credencial que tienen las asociaciones del camino recomiendan llevar una carta de presentación, y quien mejor que mi párroco en esta cincunstancia.)
Yo le había pedido que me hiciera una carta en la que dijera que me conoce y que voy a hacer el camino por motivaciones religiosas, poco más. Pues se me ha presentado con una carta de recomendación que es para enmarcarla, me imagino lo que se habrá reido escribiéndola, pues a mí me suena a cachondeo. No sólo afirma que soy creyente y practicante, sino que hasta estoy casado con una maestra de un colegio religioso, y como remate se atreve a decir que soy un trabajador incansable, justo y veraz. Por favor, me abrumas con tantas flores. Y además en todo es de fiar y confiar.
Jose Ramón, esto ya es cachondeo, una cosa es que me presentes y otra que me dé verguenza enseñar la carta.
De verdad que no sé si habla en serio y me ha querido dejar muy bien o si se lo ha tomado a cachondeo.
Ahora pienso que es irrespetuoso con él escribir de esta forma sin saber en realidad su intención, hablaré con él antes de publicar esto.
De todas formas, tengo que decir, porque si no hablarían las piedras, que "Qué lujo tener un párroco como el que tenemos", que se desvive por nosotros , siempre atento, siempre cercano y no digo más porque me va a reñir si algún dia lee esto.

jueves, 22 de abril de 2010

De la preparación y demás

Hoy, tendria que estar ultimando detalles para salir al camino, pues mis panes eran salir el proximo domingo dia 25. Pero, Dios se encarga de poner en su sitio las cosas que son suyas, y desbaratar los planes que hacemos en nuiestra razoncita.
Algo tan simple y que parece tan tonto como una pequeña gotera en el techo del vecino de abajo de uno de mis pisos, ha venido a destrozar todos mis planes. Lo que parecia reparar un tubo se ha convertido en hacer de nuevo la cocina y los dos baños del piso, pintar y lo que todavia está por venir. En las circunstancias actuales de andar justito no he podido encragar el trabajo y quitarme de enmedio, sino que yo mismo estoy trabajando de peón ne la obra, junto a mi cuñado que hace el trabajo.
Vamos para 15 dias de obra y aunque parece que estamos terminando, no me atrevo a decirlo.
Esta obra me ha supuesto, primero romper todo el plan de entrenamiento que llevaba desde hacia tres meses, y además retrasar la salida que yo había planeado para este proximo domingo 25 con el fin de estar en Santiago el día 15 de mayo que llegarán allí los peregrinos que van a Fátima con el Papa y después a Santiago. Mi pensamiento era encontrarme con ellos allí y regresar juntos en su autobús.
Pero parece que Dios ha querido quitarme la única seguridad que me había preparado para esta peregrinación y quer todo sea en su voluntad. Tendre que salir al menos una semana más tarde y regresar como Él lo tenga preparado.
Bueno, queria escribir un poco acerca de la preparación de esta peregrinación, pues la misma, además de ser parte de esta peregrinación, que ya empezó el mismo día en que decidí hacerlo, me ha hecho disfrutar, conocer gentes, sitios y cosas del camino que vienen a enriquecerme.
No voy a comentar mucho el hecho de buscar por internet datos, rutas y conocimientos acerca del camno, puesto que es un ejercicio que cualquiera puede hacer referido al tema que le interese.Sí , para hacer honor a la verdad, tengo que decir lo que es obvio: Internet es una herramienta estupenda, usada con provecho y no para perder el tiempo.
Lo quer sí quiero hacer constar es el tema de la bici. Empecé a entrenar poco antes de Navidad. Para hacer kilómetros hay que salir del pueblo, y preferentemente por caminos o carreteras locales que tengan poca circulación de coches, ect., por simple seguridad. Dado que el término municipal de Chipiona es bastante pequeño, salgo habitualmente a Rota y Sanlúcar sobre todo. Yo me considero curioso, y aunque prudente, en la práctica me tomo algunos riesgos. Casi siempre que salgo me meto en algún camino desconocido, explorando como un niño pequeño. Algún dia me he visto apurado porque se me hacía de noche y no sabía donde estaba. He tenido que orientarme por el sol para buscar la salida a algún sitio conocido, siempre buscando el oeste que me lleva a la playa.
Esto me ha hecho conocer muchos sitios nuevos dentro y fuera de mi pueblo, disfrutar de la belleza de sitios que están aquí al lado y que habitualmente no conocemos, porque circulamos por las carreteras que nos tienen trazadas y no nos salimos de ahí.
A veces he visto sitios perdidos en medio de la nada, en medio del campo, que parecían parados en el tiempo hace 30 ó 50 años, pero sobre todo he disfrutado de la soledad en medio de la naturaleza, las puestas de sol escandalosas de bellas, el frío, la lluvia, el calor. Todo es bello si los ojos que lo contemplan son agradecidos.
No me alargo más que me pongo pesado, otro día hablaré de la gente.

lunes, 12 de abril de 2010

El deseo de Peregrinar.

Meterse en un fregao como este no es una idea que surge en un momento, y le metes mano sin más. Es algo más complicado. No te levantas un dia diciendo voy a hacer algo "guay", me voy de mi casa durante un mes dejando plantado todo y a todos, porque yo quiero.
El deseo de peregrinar creo que se va metiendo dentro del alma a base de escuchar experiencias, noticias, comentarios, ver imagenes, incluso visitar el destino de la peregrinación, como comentaré más adelante.
¿Cuando nació en mí este deseo? Creo que está presente en mi vida hace muchos años, y siempre ha sido como un ideal que creía que nunca podría cumplir, algo por lo que envidiaba a aquellos que habían sido capaces de hacerlo, y que , para mí, quedaba ahí en el deseo para siempre. A lo mejor cuando me jubilara, pero pensando en esto como algo irreal, como aquello de comprarme una caravana cuando me jubilara y dedicarme a viajar.
De pronto, es un decir, me encuentro en una circunstacia de mi vida no prevista, en que tengo que cerrar mi negocio, quedándome parado, pero gracias al alquiler de mi local tengo unos ingresos asegurados. Las circunstacias del mercado de trabajo me hacen pensar que , con más de cincuenta años, sin cualificación laboral ninguna, puesto que he sido pequeño comerciante toda mi vida, y no había necesitado ninguna titulación; en medio de una crisis económica con cuatro millones de parados, no tengo posibilidades reales de encontrar próximamente un trabajo. El volver a montar otro negocio, después de la experiencia vivida, no me atrae, no tengo dinero, ni el momento parece propicio para ello.
Pues bien, parado estoy. A esto unimos que mi familia esta en un momento que no plantearía un gran problema mi ausencia, puesto que mi mujer se desenvuelve bien sola, y los niños están en una edad en la que no necesitan mi presencia permanente; ya no tenemos que "cambiarles los pañales".
Un dia cualquiera, en cualquier conversación, tampoco recuerdo la circunstancia concreta, mi mujer dice que no le importaría que yo me fuera a hacer el camino ahora, a partir de ahí se desata el deseo contenido durante años, y poco a poco va cobrando forma, y concretándose en cosas reales, no entelequias.
Hacer el Camino de Santiago, ¿y cómo? En bici, por supuesto, andar no me gusta mucho, prefiero las dos ruedas. ¿Desde dónde? Hay una coincidencia en muchos peregrinos que dicen que el camino empieza en la puerta de tu casa. ¿Cuando? En primavera, que el tiempo es más suave, y estaba a tres meses vista, lo que me permite prepararlo si no a fondo al menos sí de alguna forma.
Hay una circunstancia decisiva, vital a la que todavía no he hecho referencia, pero no puedo pasar por alto. Soy creyente, camino en una comunidad neocatecumenal y la peregrinación la entiendo como un tiempo de silencio, de desierto, tiempo favorable para que Dios me hable en la soledad, en la necesidad, en la pobreza de no tener todo al alcance y comodo y cercano. Se nos dice que Dios hace tiempos de silencio, en los que nos parece que no nos habla, que su palabra no nos dice nada, en que nos vemos un poco perdidos. No es así. Dios habla cada día en la historia, somos nosotros los quie cerramos el oído, nos acomodamos en el sofá, y perdemos el deseo que que nuestra vida cambie. "Que me dejen como estoy", yo ya estoy convertido, ya tengo mi vida bien organizada, mis misas, mis oraciones, mis celebraciones, mi mujer, mis niños.....que no me incomoden. Lejos de mí esta actitud. En mi alma hay un deseo de encuentro más profundo con el Creador, un deseo de intimidad con Dios.De aquí parte todo. Esta es la raíz de esta peregrinación.
Pues bien, con estas premisas, en enero me pomgo a prepararme, empiezo a salir en bicicleta para acostumbrarme a hacer kilómetros, empiezo a recoger información sobre el camino, a buscar las cosas necesarias, empezando por la bici, que me la regala mi mujer. Y me planteo como hacer el camino. La primera premisa, y lo que me preguntan todos, es ¿solo? Pues en principio solo, primero por lo que he dicho anteriormente, poruqe quiero ir rezando, escrutando y disfrutando de lo que Dios me ponga por delante. He leido mucho acerca de peregrinos que han hecho el camino, y hay mucho aventurero, mucho querer conocer gente, tener experiencias nuevas, encontrarse con amigos nuevos. No es eso, todo eso está bien, pero es accesorio. El centro de mi peregrinación es el encuentro por antonomasia, el encuentro con Dios y para eso creo que es necesario el silencio y la soledad.
La siguiente pregunta es ¿y no te da miedo ir solo? Claro que me da miedo, hombre más que miedo un respeto considerable, pero no un miedo que me haga desistir. De todas formas en los tiempos que estamos, con telefono movil, y todos los cachivaches que tenemos a disposición, no es la misma soledad que pudiera tener un peregrino del siglo pasado o de tiempos aneriores. Puedo tener un accidente, un desfallecimiento, tantas cosas que pueden pasar. Claro, no soy un inconsciente, pero todo esto se ve superado por esta llamada a la peregrinación, porque esto es una llamada, esto se te mete en la cabeza y no piensas en otra cosa.
Decía antes, al principio, que el visitar el destino, concretamente Santiago de Compostela, de excursión, ver a los peregrinos y suponer lo que han pasado para llegar allí, te mete el gusanillo en el cuerpo. La primera vez que estuve en Santiago, un viaje inolvidable, que Dios bendijo, hace unos quince años; fuimos en la furgoneta con cuatro niños, mi mujer, mi suegra, las tiendas de campaña, el maletero hasta arriba y los niños saltando encima de los bultos y preguntando desde Sanlúcar, como los de los anuncios: ¿falta mucho? Este viaje, no voy a contarlo ahora, lo recordamos como el mejor que hemos hecho.
Hace cuatro o cinco años, volvimos allí en una peregrinación, con nuestros catequistas, en autobús. Sólo hicimos andando los últimos kilómetros, desde el Monte del Gozo. Tal como la otra vez, sentí envidia de los peregrinos que llegaban, y esta vez sentí algo especial. Sentí que no quería volver a Santiago si no era como peregrino. Allí comenzó esta peregrinación.