viernes, 24 de octubre de 2014

CUATRO AÑOS DESPUÉS

Hay experiencias que dicen marcan para toda la vida, y pienso que así ha sido para mí esta de hacer el camino. Decía Mamé en su último comentario: “ahora durante muchos días soñarás todas las noches con el camino”. Yo no suelo recordar lo que sueño de noche, pero despierto, cada día sueño con el camino, con volver. Los momentos vividos, los compañeros de camino, todo lo recibido en estos días de peregrinación fueron para mí un regalo de Dios. De hecho creo que me he convertido en un propagandista del camino, y ya dos buenos amigos han hecho su camino, volviendo tan contentos como yo lo hice. En mi memoria guardo como un tesoro cada uno de los momentos vividos. La soledad en medio de la naturaleza, la presencia del Altísimo, la belleza de las tierras recorridas, los peregrinos que conocí, los hospitaleros, verdaderos ángeles del camino, y sobre todo los más cercanos: César, mi hermano del camino, Jaime, Pepe, Oliver, María, Jose, David. Pero también aquellos otros con los que compartí sólo momentos, pero momentos muy intensos, como aquel cigarrillo a pie de carretera con Miguel, camino de Alcuéscar ; la cena en Zamora con el peregrino de Madrid, sin nombre, que tanto sufría por su hijo, enredado con la mafia ; o aquella otra cena en Santiago con una peregrina alemana de más de setenta años, que no hablaba español, ni yo alemán, pero pudimos cenar juntos sin parar de hablar. Son las cosas del camino, alrededor del cual se crea un mundo aparte, donde las noticias importantes no son la política o los sucesos. Las cosas importantes, aparte la nostalgia de la familia presente siempre, son los dolores, las ampollas, los kilómetros, el cansancio, pero por encima de eso la alegría y el sentimiento de estar haciendo algo único y trascendente. Incluso los incrédulos sienten que el camino les da algo especial, una especie de trascendencia, de espiritualidad. Si alguna vez te has planteado la posibilidad de hacer el camino de Santiago, no lo dudes, hazlo. Podéis suponer fácilmente que desde entonces leo todo lo que llega a mi alcance acerca del camino, y la experiencia de todos los que lo han hecho termina con el deseo de volver, a un camino que sólo dura unos días pero que queda como un sello en el corazón, para toda la vida. Buen camino. La paz.

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